Diciembre 2013 - Ligas mayores

 - Bueno "ratoncito del norte", hay que reconocer que tiene su gracia. - dijo Hernán al notar la molestia en la cara de Axel.

- Si tu lo dices... - Respondió Axel molesto.

- A lo que estamos. Bienvenido al Baloo, aquí intentaré que no vuelvas ningún día, como los guardias les de por hacer revisión de personal... Sería el menor de mis problemas pero sería un problema más.

- He oído todo tipo de historias de este local, es una leyenda en la noche madrileña si no estoy equivocado. - Contestó Axel con cierto tono de admiración - Aunque parece que esto se mueve como a 20 marchas más rápido que el bar, ¿estás seguro que voy a aportar algo?

- Bueno, ¿ya has acabado de ser el joven fanboy del local? Escúchame, esta noche necesito ese instinto tuyo de darte cuenta de cosas. - Hernán se puso más serio de lo normal - Hay algo que no acaba de estar en orden en este local, algo que se me escapa y no me gusta no tener cosas bajo control. El trabajo es el de siempre, atiende clientes, haz que se emborrachen y sácales el máximo dinero posible. Alguno te pedirá un detalle con la copa, todo detalle que te soliciten se lo pasas a Scarlet por muy ocupada que esté...

- ¿Los detalles son las bolsas que hay bajo la barra verdad? - Interrumpió bruscamente Axel - Las he visto mientras Scarlet me hacia la visita rápida. - Sacó una de su bolsillo de la chaqueta - Está bien vender droga en tu local, hacerlo... Como decirlo... Con algo de clase, pero esto es pasarse a mi parecer.

- Maldito crío, está claro que quieres evitar a toda costa que te proteja de los problemas que puedas sacar de trabajar conmigo, ¿verdad? - la reacción de Hernán provocó una carcajada en Axel.

- Así es, quiero la experiencia completa, ya que estoy aquí...

Scarlet irrumpió en la sala interrumpiendo el final de la justificación de Axel.

- ¡Hernán tenemos un problema! Falta una... - Scarlet enmudeció al ver a Axel jugar con la bolsa que había cogido sin que se diera cuenta -  Me gusta este niño, que pena que sea tan joven. - Añadió rompiendo a reír, posiblemente por el agobio de pensar que realmente se había perdido una bolsa.

- Si, eso mismo digo yo, de no ser tan joven no tendría que tomarme tantas molestias - añadió Hernán.

Se acercaba la hora de abrir por lo que Hernán decidió poner fin a la conversación.

- Pero bueno, es lo que tenemos hoy, como dirían los yankees... here we go again, que comience el baile. - dijo Hernán seguido de una palmada.

La noche transcurría tranquila, la carga de trabajo era mucho mayor a la que Axel estaba acostumbrado, no tenía casi momentos para prestar atención al encargo especial de Hernán, trataba de atender a todos los detalles posibles.

- ¿Cómo vas ratoncito? - La pregunta de Scarlet pilló a Axel de improvisto - ¿Te gusta como se curra en las ligas mayores o quieres volver a ese antro?

- El ritmo está bien, poco a poco me acostumbraré más pero por ahora se aguanta perfectamente. Respecto a lo del antro... Es más relajado pero al menos ahí controlo más lo que entra y sale del local.

- ¡Así que ahí está la realidad! ¡Eres un mini Hernán! - Dijo Scarlet mientras se reía - Controlar está bien, pero al final aprendes a hacerlo aún en este ambiente.

- Si algo he visto, tengo un par de cosas que hablar con Hernán...

- ¿Qué vas a hablar tu con quién? - Dijo una voz masculina a su espalda, a Axel le resultaba familiar, por eso temía girarse a desvelar quien estaba detrás de el.

- ¡Arturo! Deja al niño, lo vas a asustar, es uno de los niños de Hernán, viene de... 

- Del local del norte, lo sé Scarlet, ese "niño" es mi hermanastro y creo que me debe una conversación - La respuesta de Arturo dejó a Scarlet sin palabras, completamente bloqueada sin saber que decir.

- ¿Hernán sabe eso? - Preguntó preocupada Scarlet.

- Es Hernán, claramente lo sabe. Acaba el turno y nos veremos los tres en la oficina, ¿te parece enano? Avisaré a mamá de que estás conmigo, así no se preocupará tanto. - Le dijo junto a una sonrisa Arturo.

- Vale hermanito, siento no haberte contado nada, sabes que últimamente no me dejan hablar contigo... - añadió con pena Axel.

- Imagino que trabajar de noche tampoco te permiten y eso si que te lo saltas, luego hablamos. - Respondió con dureza Arturo.

Axel se centró en seguir con su trabajo a pesar de que la cabeza le iba a mil pensamientos por milisegundo, el caos empezaba a rodearle, pero bueno, a veces hay que abrazar el caos que nos rodea y decir, es una mierda, pero es lo que hay.

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