Noviembre 2013 - Un paso adelante
Hacía varios días que Axel había empezado a trabajar junto a Hernán en uno de sus locales en el barrio de al lado del de Axel. Las cosas en su casa desde entonces empezaron a ir todavía peor, poco a poco la distancia con sus padres empezaba a aumentar, más aún cuando el trabajo por las tardes en el bar de Hernán empezaba a afectar a sus notas y a su lucidez durante el día debido a la falta de horas de sueño por intentar aprovechar todo lo posible por estudiar..
Axel iba de camino al local, como cada tarde desde hacía ya medio mes, cuando de una esquina salió Cava. La situación era muy diferente a la de la tarde que Axel le propinó aquel puñetazo. Cava estaba en una silla de ruedas, y al ver a Axel aceleró esta con tal de no acercarse a el. Esto causó impresión a Axel, y le provocó empezar a pensar en que le habría pasado, y por qué huía de Axel.
Llegó al local, curiosamente como cada tarde Hernán estaba en ese local, desatendiendo el resto de locales en su poder, tampoco le preocupaba mucho, ya que el resto de locales eran en su gran mayoría nocturnos.
- Ey, ¿cómo pinta la tarde? ¿Movidita? - le preguntó Axel mientras le daba una palmada en la espalda.
-Están los payasos de todas las tardes en el billar, - dijo haciendo un gesto con la cabeza y poniendo cara de asco - y luego los de siempre, está Josué en su esquina, como siempre, dice que si no le pones tu el carajillo ya no lo quiere de nadie, no se que le has hecho. - dijo con una sonrisa Hernán.
- Ahora mismo se lo pongo, ¿cuánto lleva esperando el pobre hombre? - se preocupó Axel.
- No mucho, además ¡no te sientas tan importante que seguro lo dice para que te de más dinero! - dijo acompañado de una carcajada Hernán.
- Oye, ahora en serio, tengo que hablar contigo, ¿le sirves esto y me esperas en la oficina? - dijo poniendo un rostro serio Axel.
- ¿Ha pasado algo? - dijo Hernán con cara de preocupación.
- Ahora te cuento.
Axel le sirvió el café a Josué y paso unos minutos hablando con el. Acto seguido se dirigió a la oficina.
- ¿Qué pasa chaval? Me tienes preocupado y encima te pones de charla con Josué - le dijo Hernán con tono de reproche.
- He visto a Cava hoy, - la cara de Hernán se tornó en tensión en lugar de molestia, ya sabía la respuesta a la próxima pregunta - ¿has tenido algo que ver con ello? Porque si es así quiero saberlo.
- ¿Quién te piensas que soy para dudar de mi de primeras? - dijo Hernán intentando ocultar su tensión convirtiéndola en molestia.
- No es quien crea que eres, si no quien se que eres por lo que veo que pasa aquí cuando me voy, y por lo que he conseguido que me cuenten los camareros de por la noche. - dijo Axel seriamente - Tú intentas ocultarme cosas, pero no tienes por qué, eres una de las personas en quien más confío actualmente, - dijo Axel mirándole con cierta pena - y se que no confías en mucha gente, pero espero que llegues a confiar en mí en algún momento.
- Justamente que hayas hecho eso antes de preguntarme a mi - replicó Hernán en tono acusatorio - hace que en lugar de confiar en ti, me cabree contigo.
Axel no podía creer lo que acababa de escuchar, así que cogió unas cajas y se dispuso a irse sin contestar a lo que Hernán le acababa de decir. Pero Hernán retomó la palabra.
- Pero a diferencia de otros, contigo no puedo, porque lo que tu has hecho exactamente lo que yo haría, - dijo Hernán dejando a Axel algo descolocado - y eso es mantenerte callado hasta que algo relacionado a ti te dio la excusa de hablar.
- ¿Dónde está el punto de que eso sea algo bueno? Llevo días mintiéndote por así decirlo. - contestó Axel ante la exposición sin sentido, a su parecer, de Hernán.
- En que si sabes que algo no está bien, te vas a mantener callado hasta hablarlo conmigo. - respondió Hernán serio - Y eso es algo, que si queremos seguir teniendo relación laboral, nos va a venir bien a los dos.
- ¿A que te refieres con esto? - respondió contrariado Axel.
- A que justamente lo has tenido que hacer hoy, justo hoy que tenía una complicación de los otros locales y solo este para solucionarlo.
- ¿Me estás jodiendo? - respondió Axel molesto.
- ¿A qué te refieres chaval? - dijo Hernán con una media sonrisa.
- Que casualidad que justo hoy después de tantos días me cruce con Cava, ¿verdad? - contestó Axel molesto, encarándose con Hernán.
- Me gusta que me vayas conociendo ya, pero no hace falta alterarse. - dijo Hernán separando a Axel poniendo su palma en el pecho.
- ¿Qué necesitas de mi? - preguntó Axel.
- Como tal, nada, simplemente evita que nadie entre en el almacén hoy, ni si quiera tu. - dijo Hernán con mirada seria.
- Eso está hecho. - dijo Axel cerrando el almacén con la llave y guardando la llave en su chaqueta - De todas formas me habría dado cuenta, ¿te crees que no choca que todo lo que probablemente gastemos hoy esté aquí en la oficina y no en el almacén? Viejo confiado - le preguntó mientras le sacaba la lengua.
- Se que lo hace, por eso te toca dar explicaciones a Pablo y Laia, dado que desde hoy eres el nuevo encargado, Sancho ha dejado el bar, y me fío más de ti que de ellos. - contestó a la burla con una sonrisa en la cara.
- ¿Qué dices? ¿Qué ha pasado? ¿Eres idiota? - fue lo único que pudo contestar Axel.
- Si te portas bien te cuento cuando salgas con una cerveza en la oficina. - respondió Hernán saliendo por la puerta de atrás del local.
La tarde transcurrió tranquila, Axel tomó la decisión de poner su cara seria de preocupación, y con ello evitó por completo las preguntas de Pablo y Laia, eso si, consiguió más tabaco gratis que cualquier otra tarde ya que ambos se preocuparon por su apariencia y su evasiva a las preguntas de está todo bien.
Llegó su fin de turno y mientras se cambiaba en la oficina llegó Hernán por la puerta de empleados.
- ¿Cómo ha ido la tarde? ¿Algún tipo de problema? - preguntó Hernán.
- Todo como siempre, tranquilo, tuve que echar a los del billar por pesados, - dijo Axel poniendo los ojos en blanco - gritaban demasiado y molestaban al resto.
- ¿Algún poli o algo? - dijo Hernán preocupado.
- Si, vinieron los locales a pedir una documentación que, por suerte, estaba en la oficina y no en las cajas del almacén, - dijo Axel resoplando - y luego una patrulla de nacionales pasó a por un café.
- ¿Cómo que justo ese documento estaba en la oficina? - respondió sorprendido Hernán.
- Lo subí yo ayer del almacén, - respondió Axel con una sonrisa - tampoco te conté que sabía que aproximadamente cada 3 meses estos "favores" sucedían, y que justo hacía 3 meses que no pasaba.
- Pero serás... - respondió Hernán con una colleja - ¿Entonces sabes lo que pasa aquí?
- Claro que si, y que te dediques a pasar droga por Madrid no me preocupa, mientras siga fuera de ello, claro. - dijo Axel poniéndose una camiseta limpia.
- Ya... Bueno, respecto a eso... - Axel arqueó una ceja - Bueno, no importa, lo hablaremos mañana, ve y descansa, mañana te necesito de forma excepcional de noche en otro local. - dijo Hernán con tono de entre preocupación y duda.
- ¿Está todo bien? ¿No habrá problema con la edad? - dijo Axel preocupado.
- Yo me encargo, todo está bien. Ve y descansa
Axel volvió a casa, y como siempre le esperaban sus padres en el salón preparados para intentar convencerle de dejar el trabajo, pero Axel no tenía ganas esa noche. Pasó sin escuchar, ni hablar, ni mirar a sus padres, y se metió en la cama. No tenía ganas de cenar, el trabajo de mañana le comía por dentro, pero bueno, ese problema, era lo que había, lo que tocaba, y por hoy, es lo que hay.
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