Diciembre 2013 - Abismo
Axel estaba nervioso, la última conversación con Hernán respecto al trabajo de esa noche le tuvo sin dormir, tanto que no fue capaz ni siquiera de concentrarse en clase.
Llegó el recreo del instituto, los ánimos no acababan de calmarse, y se le notaba a kilómetros.
Manu, un chaval que vivía dos pisos por encima de Axel notó que algo no iba bien, y ya era bien sabido de su empleo en el local de Hernán, así que aprovecho la situación para acercase a el.
-Ey Axel, soy Manu, tu vecino del 3°, ¿todo bien? Estás en las nubes hoy.
-Ey chaval, si todo bien, con muchas cosas en la cabeza, ya te puedes imaginar.- dijo Axel intentando no sonar muy borde, la verdad era que no le apetecía mucho hablar ese día.
-Pues no mucho, somos chavales de 17 años, -Axel cumplía en Diciembre por lo que seguía teniendo 16 - no es que tengamos mucho en la cabeza.
Ese comentario puso aún más tenso a Axel, se levantó sin mediar palabra con intención de irse, eso dejó contrariado a Manu.
-Ey, no pretendía molestarte tío, buen rollo, me iba a saltar las tres horas que quedan, vente, seguro te relaja. - Esta reacción tomó de improvisto a Axel.
-Total, para lo que voy a hacer hoy, que propones. - Dijo con un tono de interés.
-He quedado con unos chavales por el barrio, íbamos a buscar un sitio donde relajarnos sin tener que estar pendiente de la poli. - Respondió Manu.
Podemos ir al sitio donde trabajo, no creo que Pablo ponga muchas pegas. - Respondió Axel.
-Dale, por mí perfecto, cuando lleguemos con ellos tu diriges, vamos. - Dijo Manu con una sonrisa.
Llegaron al lugar donde había quedado Manu con sus amigos, Axel reconoció algunas caras de las tardes en el local, y esas caras le reconocieron a el. Sabía que no eran la mejor compañía, pero debía relajarse para lo que le esperaba esa noche, por lo que no le dió importancia, pero se quedó con el nombre de todos, incluido uno, al que llamaban Barca, tiene gracia, pensaréis, pero era porque su nombre era Hannibal, y al parecer era conocido en las peleas callejeras que se daban día si día también en ese barrio.
El tiempo se le pasó volando tanto que llegó tarde a casa de la hora que debería haber llegado a casa de haber estado en clase. Entró en casa como si nada, pero su padre estaba con cara de pocos amigos en el salón.
-¿Dónde estabas? ¿Te crees que esto es un hotel? - le reprochó dada la hora a la que llegaba a casa.
-Me he entretenido de vuelta papá, - contestó Axel - lo siento.
-¿Más de tres horas? Ha llamado tu jefe de estudios ya que has desaparecido en el recreo - Axel se quedó pálido, pensaba que eso era una leyenda urbana ya que nunca había faltado - ¿Tú eres tonto? - preguntó su padre en tono ofensivo.
-No me encontraba bien y necesitaba despejarme - intentó protegerse Axel.
-Vete a tu cuarto, olvídate de trabajar, de salir y de todo, tienes que volver a ser el que eras, -dijo gritando su padre - estas tirando tu vida por la ventana, te pareces al hijo de tu madre.
Esa referencia hizo daño a Axel, llevaba tiempo sin saber de Arturo, su hermanastro, y siempre le comparaban con el, ya que su padre nunca aceptó que su mujer hubiera tenido una relación previa y todo lo malo que veían en sus hijos lo reprochaba a aquello. Axel se encerró en su habitación, estaba en otro mar de sentimientos, dudaba de si hacía lo correcto, dudaba de sus decisiones, encontraba irá también tras la bronca de su padre aunque la entendiera, y venía el problema, hoy era la noche en que Hernán iba a confiar en el un nivel más.
Rumió esos pensamientos durante toda la tarde, no sabía que hacer, hasta que decidió que, tras cenar, escaparía por la ventana y cumpliría con su palabra con Hernán, y tal como lo pensó, lo llevó a cabo.
Después de cenar, se volvió a disculpar, y dijo que se iría a dormir, al hacer esto, cerró la puerta, se vistió y salió por la ventana.
Llegó al local donde le había citado Hernán, estaba en el centro de Madrid, había mucha gente haciendo cola para entrar y aún no era la hora de apertura del local, esto intimidó un poco a Axel, que entró por la puerta de servicio.
-Ey, quién eres tú, aún estamos cerrados, la cola es en la puerta principal - una joven con cresta recibió a Axel en la puerta de servicio.
-Deja al chaval Scarlet, es tu muleta el día de hoy. - contestó una voz familiar desde el fondo. Tras esta intromisión Axel se fijó en las piernas de Scarlet, le causó curiosidad el comentario y vio una escayola que cubría toda la pierna de la joven - Además, esta es la joya del local de día de la que te hablaba hace un rato.
-Oh, entiendo, con que tú eres el ratoncito del norte. Por lo que he oído de ti nos vamos a llevar bien, espero que te hayas limpiado bien los oídos está tarde, esto es peor que una obra cuando empieza el zafarrancho. - Dijo con una sonrisa burlona. - Ven, te enseñaré como estamos organizados.
Le explico la disposición del local, precios y trucos detrás de la barra de ese local, luego Hernán le llamo a la oficina.
-¿Qué te ha parecido Scarlet chaval? Es un cielo de chica pero tiene muy mala leche. - Hernán quedó pendiente de la reacción de Axel, la cual fue de desconcierto ya que no entendió a que venía el comentario.
-Ya bueno si, no se a que viene pero si, es maja - Le quitó peso a la respuesta como pudo.
-Jajajaja no te pongas así, solo quería ver tu reacción, esto no es el bar, aquí es duro decirlo pero, la barra es un escaparate y quería ver tu reacción. - Esa respuesta asqueó a Axel.
- Cuéntame, ¿qué necesitas?
- Voy a explicarte la parte que no te ha explicado Scarlet, cierra la puerta.
Axel cerró la puerta y se dispuso a preparar una de las noches más complicadas de su vida hasta el momento, pero esa noche, es otra historia
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